A pesar de que el objetivo está lejos, qué digo lejos, está muy muy lejos…, la motivación no sólo sigue intacta, si no que está por encima del 100%.

Es difícil cumplir entrenamientos, es muy difícil sumar kilómetros, tanto a pie como en bici, sabiendo que todo se hace para una fecha para la que quedan aún 6 meses, medio año, pero hay que mentalizarse de que cada entrenamiento, cada kilómetro que corres, y cada brazada que das, y cada pedalead que das, suma, suma, suma, y el resultado se verá dentro de 6 meses.

Podría ser fácil caer en la tentación de «bueno, si hoy no lo hago, total, no lo notaré dentro de 6 meses….», de eso nada, claro que se va a notar, y además son esos entrenamientos que tanto te cuestan, los que valen doble, y los que harán el día de la competición, que merezca la pena todo el esfuerzo y todo el sacrificio que le echamos a esta historia.

Si, sacrificio, y mucho. No es fácil conciliar una vida laboral, intensa, una vida familiar, y una carga de entrenamientos para preparar un Ironman en condiciones, no para ser finisher, si no para dar lo mejor de ti ese día. Y esta mezcla es muy complicada de cuadrarla en el día a día, donde no sabes cómo alargar más el día, para poder cumplir con todas las obligaciones que debes.

Pero esto es lo que hemos elegido, por que esto es lo que nos gusta, nadie nos obliga, y nosotros somos nuestra mejor motivación.

Así que no hay más…., a seguir luchando, y a entrenar mucho, que nunca es suficiente.

Vaaaaaamoooooossss