Cuando se casa un amigo, se le hace una despedida de soltero, cuando se casa un amigo triatleta, se hace una tri-despedida, y esto es lo que hemos hecho este fin de semana.

El viernes se llevaron a Nino a un pueblecito de Ávila llamado Navaluenga, un pueblo con la esencia de pueblo, con sus piscinas naturales. El pensaba que ese viernes iba a rodar en la cabra con unos amigos, pero que equivocado estaba, lo que tenía preparado era una encerrona para secuestrarle y llevarle a Navaluenga.

Aprovechando en la zona que estábamos, el sábado por la tarde dimos una vuelta en bici de montaña, corta de tiempo, pero de una gran intensidad, una subida, que nada más empezar entendí perfectamente la vomitano de Damian del día anterior, pero allí empezamos Salinas, Nino, Pop y yo, a darle a la subidita, hasta que no se podía subir más, menos mal, por que si no acabamos en las cimas de Gredos.

Después de la subida infernal, bajamos y nos dimos un homenaje en una poza espectacular, agua fresca, después de la subida a más de 30º de temperatura.

Al día siguiente la sorpresa, despertamos a Nino, le metemos en un bañador de señora, un calzoncillo Channo de los chinos, unas alpargatas, gafas de bucear con forma de pecera, cinturón fashion de los chinos también, para el dorsal, bidón de agua de Hello Kitty, con unas gotitas de Ginebra, para que le de más fuerza, descartado el control de dopping en la meta, y una superbici BH rosa, de los años 80 para hacer el sector en bici, eso si, con el casco aero.

Aún así vestido, no se podía imaginar que coincidía el fin de semana de su despedida con el triatlón de Navaluenga del circuito Tricross, tenías que haber visto su cara cuando salimos el grupo de amigos en las bicis con él, y empieza a escuchar la megafonía de la carrera y dice «no me puedo creer que haya un p… triatlón», jajaja, nos empezamos a morir de la risa, y con esas pintas nos dirigimos hacia la megafonía, y hacia los boxes. No os quiero no contar la cara del resto de particpantes, por suerte este es un deporte muy sano, y el resto de participantes se partían de risa, sin poner ningún pero a nuestra payasada.

Yo hice el triatlón normal para probar el tendón, y gran decepción, con dolor incluso en el agua, posiblemente de la carga a la que había metido al tendón el día anterior, así que a partir de la bici, el objetivo fue terminarla tranquila, y abandonar la carrera, pensando en los 20 días (por ayer) que quedan para la carrera.

Qué gusto da ver en una despedida a tu grupo de amigos haciendo deporte, los que hicieron deporte, Juan Luis, Arsuaga, Eneko, Ekaitz, Pecos, Pop, Julius, Charly, Damián, Salinas, Cristian,  y al resto animando, Nachito, Joe, Casamayor, Óscar, Jorge, Molina, Javi…, y los que no pudieron quedarse, Hussi, Nacho, Rodrigo. Una pasada, y un recuerdo de un triatlón diferente que Nino nunca olvidará, algo diferente al Challenge Ironman de Vitoria que haremos dentro de 19 días…