Photo by Andrea Piacquadio on Pexels.com
La conciencia es un viaje que empieza en el momento de nuestra llegada y que termina cuando dejamos de evolucionar.
Durante nuestra estancia en este lugar, pasamos por diferentes fases, unas mejor y otras peores, pero todas entran dentro de un plan establecido para aportar a nuestro crecimiento personal y a nuestra conciencia.
Alcanzar la plenitud es un privilegio que sólo se concede a personas que dedican su vida a la ayuda y la entrega a los demás, encontrando su sentido y aceptando todo lo que cada día acontece, sin juzgarlo, sabiendo que si es así, es por que es lo mejor que puede pasar en ese momento, y que está orquestado en el universo para que así suceda.
Aceptar estas situaciones es complicado, por que vivimos en una pandemia constante.
Ha llegado un virus, para hacernos ver, lo que normalmente nos rodea, pero que no somos capaces de ver.
Pero este virus no es la única pandemia, hay pandemias en cada uno de nosotros, en cada hogar, en cada ciudad, en cada país, en cada continente y este lugar llamado mundo, hace muchos años que lo convertimos en una pandemis, y de este virus, que nos ha abierto los ojos, podemos aprender.
Pandemia es el hambre que existe en el mundo y que el ser occidental no mira ni de reojo.
Pandemia es el odio y la violencia hacia nosotros mismos con motivo de género, religión, política o deporte.
Pandemia son los pecados capitales de los que vivimos rodeados, envidia, avaricia, pereza, gula, lujuria, ira y soberbia, unos en mayor medida que otros, y que nos tienen atrapados.
Pandemia es perder el tiempo, en cosas que no nos aportan.
Pandemia es no disfrutar de las cosas buenas y de la gente buena que nos da la vida, por que perdemos tiempo en buscar riqueza.
Pandemia es querer vivir esta vida, en un formato no preparado para este Mundo.
Ha llegado una pandemia nueva en forma de virus, para decirnos que nos tenemos que quedar en casa, pero no en el hogar, en nuestra casa que es nosotros mismos, en nuestro interior, nuestra casa es el cuerpo que hemos elegido para vivir, y el trozo de mundo donde hemos elegido vivir, esa es nuestra casa, y este virus, nos dice que nos quedemos dentro de nosotros, para curarnos, de todos los daños que llevamos arrastrando años.
Nos ha dado tiempo, para crecer, y para estar con los nuestros, para ordenarnos y organizarnos, y ojos para ver la realidad de la vida, y creer en una nueva realidad.
La conciencia toma un papel fundamental en este proceso, en el que se distinguirán 3 perfiles.
- El aventajado, que sabrá leer la situación, posicionarse, situarse, mirar hacia dentro, querrá aprender y ayudar a los demás.
- El neutro, que ve esto, como una situación más en una vida que le ha tocado vivir, y que pasará, como pasa todo, pero que no dejará ni pena ni gloria.
- El repetidor, el peor parado, el que en lugar de evolucionar, esta situación le ha hecho involucionar y encerrarse en sus miedos.
Cuando en diferentes puntos del mundo nace algo común y que puede contagiar a muchas personas, de nosotros depende que sea un virus, o que sea una enseñanza.
El movimiento a favor de la consciencia humana nació hace años en diferentes lugares del Mundo, por personas que no han tenido conexión ni relación entre ellos, en un momento en el que no existía internet, y que cada uno de ellos, lleva años trabajando en transmitirlo a su entorno cercano y a las generaciones que van llegando, hagamos que este movimiento se contagie en nuestro entorno.