Por muchas cosas, pero esta ha sido una maratón muy especial, una de esas carreras que te deja un sabor especial, y no por qué las cosas hayan salido como te esperabas, si no todo lo contrario, aunque según se estaba dando la semana sabía que podía tener problemas, pero no me imaginaba que iba a tener los problemas que me he encontrado.

Se daba la salida a las 9.00 de la mañana, estaba en el cajón de menos de 3 horas gracias al tiempo de la maratón de Valencia, y ha sido una salida bastante organizada, donde casi todas las personas que estábamos en ese cajón, hemos salido a hacer menos de 3 horas.

Las primeras sensaciones han sido buenas, me encontraba muy bien, a un ritmo fuerte, pero cómodo, marcando una media de 3,40 aprox en los primeros kilómetros, digo aprox, por  que no soy excesivamente técnico y corro con un reloj casio que lo único que hace es cronometrar.

He llegado al kilómetro 10 bastante bien, y marcando 37 minutos y algunos segundos, se me pasa por la cabeza que me parece increíble que hace muy poco este era mi tiempo de 10.000, y ahora corro la maratón a este ritmo.

Sigo manteniendo el ritmo hasta el kilómetro 15, cuando aparece «mi muro», de kilómetro 30, nada, ni 35, de eso nada, en el kilómetro 15 se me empieza a agudizar la molestia con la que llevo varios días en el recorrido del ciático, noto como un «mordisco» en el glúteo, otro en el biceps femoral, y otro a la altura de la pantorrilla. No me lo puedo creer, empiezo a trabajar la parte mental, y pienso que no, que no me duele, que es una sensación rara que va a desaparecer en breve, pero de eso nada, cada paso que doy noto algo de molestia en la pierna, pero puedo mantener el ritmo, que cosa más rara, verdad, tienes una molestia, pero lo que el cuerpo te pide es mantener mantener el ritmo, y la verdad es que de pulmones y de corazón me encontraba bien, y muscularmente también, era todo localizado en la pierna izquierda.

Del kilómetro 17 al 20 se me pasan un montón de cosas por la cabeza, está claro que esto es una maratón, y que los dolores no van a ir a menos, vamos a no ser que ocurra un milagro, y que voy a sufrir, pero hasta cuando puedo sufrir, para terminar??? 

Hago la media m¡Maratón, y me sorprendo del tiempo, paso en 1 hora 19 minutos, me debería alegrar, voy bien de tiempo, si sigo así bajo de las 2 horas 40, la leche para ser la segunda maratón que hago, pero soy realista, y se que eso no va a pasar, se me empiezan a pasar pensamientos de abandonar la carrera, tengo dolores, y estoy en el kilómetro 21, madre mía, lo que queda.

Intento mantener un ritmo, y pienso que cuando llegue al kilómetro 25 voy a caminar un poco, pero hay un avituallamiento en el 22 y medio, y empiezo a caminar ahí, poco, sólo para hidratarme, y no añadir más problemas a mi estado, vuelvo a arrancar, no me ha pasado mucha gente, sigo más o menos bien, aunque ya he perdido la sensación de ritmo bueno. Llego al 25, me paro, me duele, me hidrato, como un plátano y me voy a una ambulancia, me hecho reflex en el muslo, en el cuadriceps, llevo 2 kilómetros que lo noto como una piedra, tengo toda la pierna izquierda, como si en cualquier momento se fuera a partir, kilómetro 25, qué hago?!?!? hay que seguir, en el 30 valoro lo que hago.

En el 27,5 vuelvo a parar para beber, en el 30 hago lo mismo, estoy sufriendo, pero me acuerdo de lo que me dijo un amigo…., a partir del kilómetro 32 dedico cada kilómetro a alguien que quiero. Eso voy a hacer, voy a aguantar hasta el 32, y seguro que eso me motiva. Se me hacen eternos, pero la verdad es que no voy tan mal de ritmo, paso el kilómetro 32 en poco más de 2 horas.

Llego al 32, y dedico mi primer kilómetro a Celia, por la paciencia que tiene conmigo, recuerdo momentos como nuestra boda, viajes y momentos buenos, a ver si hacen que me pueda olvidar del mal momento que estoy pasando, pero no lo consigo, se me van los pensamientos al dolor, empiezo a rezar, practica habitual en las carreras para ver si me despisto, tampoco lo consigo, pero si darme cuenta estoy en el kilómetro 33, se lo dedico a mi hijo, a Álvaro, quien me motivó con su nacimiento a volver a hacer deporte, recuerdo cómo la semana pasada entraba feliz con él en la meta ganando en Rivas, serie B, y hoy no podría no cogerle. Intento mantener los pensamientos, pero se me van, no puedo seguir con esta rutina, sufro cada kilómetro, se me hacen eternos, estos es un infierno, pero llego, no sé cómo al 35. Ya sé que no voy a abandonar, que tardaré un día si hace falta y lo haré andando, pero llego a la meta. 

No soy capaz de dedicar los kilómetros, pero me acuerdo de mucha gente, de mi familia, de mis padres que siempre me han ayudado, algún día me verán llegar a meta, de mis hermanos, de sus familias, de mis amigos, del grupo de triatlón que me motivan cada día, de muchas cosas, sin poder dedicar un kilómetro a cada uno, por que cada segundo se me va el pensamiento a la pierna izquierda que en cualquier momento empiezo a arrastrar o se parte.

Así llego al kilómetro 40, me quedan 2, ni me paro en el avituallamiento, quiero llegar como sea y ya, en el 41 y poco más entro en el estadio olímpico, está hecho, he vencido al dolor, mi cabeza ha ganado, creo que esto es una gran victoria, esto es una base para el futuro, 27 kilómetros de sufrimiento en una maratón es mucho, de verdad que es mucho, pero paso la línea de meta, 2 horas 46 minutos, me creo invencible, me tengo que curar este dolor, y sé que la fuerza mental que me ha dado esta carrera la agradeceré durante toda mi vida. 

Estoy jodido, no puedo andar, podría haber hecho mejor tiempo, pero estoy feliz, el deporte me ha enseñado hoy una gran lección, la mente gana, puedes hacer lo que te propongas»

No os podéis ni imaginar lo dolorido que estoy en la meta, un ejemplo claro, es que como puedo apoyándome en los stands de los patrocinadores paso por el de cerveza, y soy incapaz de tomarme una cerveza, creo que estoy en estado crítico.

Segunda maratón, ahora en casa, deseando afrontar otro reto.

Objetivo de esta semana, curarme. Málaga, te veo pronto!!