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Luis Pablo García Coronado

la vida deportiva de un tipo "normal"

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tiempo.

Parar el tiempo

shallow focus of clear hourglass
Photo by Jordan Benton on Pexels.com

Qué poco tiempo nos dedicamos a nosotros mismos, per no me refiero además a hacer lo que nos gusta, como deporte, cine, lectura, cuidados personales, si no realmente a estar un rato sólo, tu, contigo mismo, sin hacer nada, simplemente dedicando tiempo a pensar, a escribir lo que se te pasa la cabeza, a planear y planificar tu vida, con pequeños retos, con pequeñas metas, programando pasos para llegar a ese objetivo, visualizando bien que es lo que quieres hacer, a qué quieres dedicar tiempo, dónde quieres llegar, y cuáles son los pasos para conseguirlo.

Vivimos a un ritmo, que sin darnos cuenta, los minutos caen, las horas pasan, los días se van, y cuando te quieres dar cuenta, has dedicado mucho tiempo, quizá demasiado a hacer aquello que no te gusta, dejando lo que te gusta, y pensando en cambiar tu vida a partir de mañana, pero ese mañana nunca llega.

Desde hace tiempo, todos los días paro el tiempo de mi vida, y dedico unos minutos por la mañana y por la tarde a mis meditaciones, que hacen que realmente se pare el tiempo, y una vez finalizada esta meditación, pienso dónde estoy, como solucionar lo que no me gusta, y cómo poder llegar a lo que me gusta.

Llevo muchos años meditando, al principio me costó mucho, pero ahora, cuando no lo hago, lo noto tanto mentalmente como físicamente, si por algún motivo no medito durante unos días, veo que mi ritmo de vida se acelera, y esa es la señal que me marca que debo parar el tiempo de nuevo.

Empieza hoy, no lo dejes para otro momento, pensarás que si paras unos minutos, pierdes el tiempo, pero te darás cuenta, que es justo lo contrario, todos somos prescindibles, y sobretodo durante unos minutos.

#namasté

Crónica maratón Valencia

No es un error… es más bien un deja vú, parece que ya he vivido esta situación, cuando en 2012 hice mi primera maratón en Valencia y 3 meses después hice la de Sevilla.

Y parece que 5 años después, como cíclica que es la vida, se repite la historia.

Después de Valencia, hace poco más de dos meses, en menos de 1 mes volveré a Sevilla, con muchas ganas de maratón de nuevo.

Pero no voy a hablar de Sevilla, por que creo que es el momento de hacer la crónica de la maratón de Valencia.

Como contaba ayer en el perfil de adidas runners Madrid, lo importante no fue conseguir el objetivo, la marca, lo importante fue el camino hasta llegar allí, un camino que no fue el plan de 5 semanas express, si no que fue un plan estratégico, medido y sin dejar espacio a la improvisación, y a la imaginación a nivel de consciencia.

El primero en estar convencido de que iba a ser posible lo que tenía pensado era yo, de hecho, cada vez que contaba la marca que quería hacer, la respuesta estándar que encontraba eran del tipo «sal a un ritmo más lento, y luego ya se verá…, quizá en Valencia no es el día…, si no lo consigues no pasa nada… y si se te van 5 o 10´ sigue siendo un marcón…» pero a mi me daba igual los comentarios, de hecho, me daba igual la marca, por que estaba tan centrado en el camino hasta llegar allí, y además sabía que Valencia no era el final del reto, si no que simplemente era una estación en el camino, y que estaba disfrutando tanto de los entrenamientos, y de la ilusión de tener un gran objetivo, que si salía o no bien la maratón, el resultado para mi iba a ser de satisfacción total.

Pero bueno, voy al grano…. crónica de ese día….

Nos despertamos con tiempo SIlvestre, Marcos y yo. Marcos y yo bajamos a tomar un café, Silvestre se quedó en la habitación.

Subimos, me vestí, y me dio tiempo a una meditación de unos 15´, donde terminé  con la visualización de la carrera, carrera que ya me había visto 5 veces mientras hacia rodillo en las semanas anteriores, pero la visualicé en un estado de meditación, y de conexión conmigo mismo, que la sensación era de plenitud total.

Me levanté después de meditar, puse Born to Run de Spingsteen a todo volumen en la habitación, y salimos de la habitación hacia la salida.

No había excusas, no había dolores, no había malas sensaciones, sabía que iba a ser un gran día, que iba a disfrutar de la carrera, Cuánto quieres hacer? 2:38´… esa era mi respuesta… esa era la marca que tenía marcada…

Empezó la carrera, estaba en un buen cajón, y mi objetivo era encontrar un buen grupo con quien pudiera viajar durante 42 km…

Empezamos fuertes, el primer kilómetro con mucha gente, buscando posiciones, esquivando gente, hasta que pasado el primer kilómetro, parece que se va haciendo un grupo interesante.Interesante si, pero veía que iba en ese punto en el que no podía ir mucho más, pero no quería ir ni una pizca menos.

Primera crisis en el kilómetro 7…, si es real, en el kilómetro 7 fueron los primeros pensamientos de «ni de coña aguanto este ritmo durante 42 kilómetros»

Pero desde ese momento, di paso a la cabeza, empecé a pensar…, voy forzado, un poco, pero voy bien, baja la ansiedad y la preocupación, y sube la alegría, el disfrutar de la carrera, la suerte de poder estar ahí, la suerte de haber podido preparar la carrera, no hay dolores, no hay nada que te impida seguir como estás, aguanta y sigue.

Y así fue, hasta que llegó la segunda crisis, más o menos en el kilómetro 15, donde me tomé un gel (el desayuno) de Victory que me dio mi amigo Rafa el día anterior. No suelo tomar geles, pero sabía que ese día tenía que llevarlo, y más energía que me podía dar ese gel, por quien me lo había dado, no me podía dar ningún otro…, cuando las cosas van con alegría y amo, dan más fuerza.

Y efectivamente, el gen me reactivó…

Pero siguieron las crisis…, todo esto mientras iba a un ritmo, realmente por encima de mis posibilidades…, prácticamente hasta el kilómetro 30, los ritmos iban por debajo del 3:40.

Y era el momento de empezar a sentir paz conmigo mismo. En estos momentos de gran sufrimiento empecé a repartir amor, a mis seres queridos, y a las personas que me han puesto piedras en el camino, por que necesitaba perdonar, para eliminar esas piedras, para poder seguir adelante, sin obstáculos.

Agradecimiento infinito a la gente nueva que a aparecido en mi vida, que me ha hecho cambiar la perspectiva con el que ver las cosas, toda esta paz, hizo que fuera perdiendo miedos, que estuviera tranquilo conmigo mismo, alcanzando un estado de satisfacción plena que me hacía volar.

Muchos pensamientos para mis hijos, siempre presentes en cada kilómetro…, de hecho, las primeras palabras que le dije a Marcos cuando crucé la meta fue «quiero hablar con mis hijos» aunque sabía que no era posible.

Y muchos pensamientos para esa gran persona, que llevaba un mes desaparecida en algún lugar del Mundo, pero que yo sabía que estaba ahí…

Los últimos 5 kilómetros fueron de un  gran dolor de piernas, pero sabía que si de respiración iba bien, el resto era dolor, y que podría soportarlo.

Gracias a la ayuda de Marcos, que me acompañó los últimos kilómetros tenía una referencia de ritmo y de tiempo.

Aún así, ni a falta de 500 metros, desconocía si iba a hacer o no la marca que tenía esperada…

Pero Valencia es especial, y su final es espectacular, cuando llegas a la ciudad de las artes y las ciencias, y corres sobre el agua, todo es diferente, y cuando veo en el crono que estoy en el tiempo, me empiezo a emocionar…, un poco más, por que ya llevaba unos kilómetros emocionado.

Y finalmente cruzo la meta, en el tiempo esperado, sabiendo que es superable, por su puesto, por que quiero seguir soñando y si dejo de soñar, es por que dejo de vivir.

Satisfecho, no, mucho más, alegre, feliz y lleno de paz, que más podía pedir, el tiempo, era simplemente una marca, aunque hubiera llegado dos horas después, nadie me quita la experiencia vivida durante los meses antes de esa maratón, maratón que hace un año fui incapaz de ir, por que era incapaz de mentalmente correr más de 5 kilómetros, y este 2017 venció la cabeza, no las piernas.YA ESTOY CURADO.

Esto acaba de empezar… quedan muchos episodios por delante, y el final, que será un punto y a parte, prometo que será espectacular, que hará que todos podáis creer como yo creo.

Felices todos!!

Duración, tiempo consciente y reloj

Cuando vi por primera vez la película «En el nombre del Padre», de todas las cosas tremendas de esa película, lo que más me llamo la atención es como el padre, describe el tiempo cuando esta en la cárcel. Decía algo así como que pasaba las horas mirando como caían las gotas de un grifo, y cada segundo se hacía interminable, pero de repente mirabas hacia atrás y había pasado 1 año.

Seguro que sabéis de lo que estoy hablando, como momentos parece que se hacen eternos, pero sin darte cuenta llevas años trabajando y haciendo lo mismo.

Vamos a trasladar esto al deporte, y me gusta como Guillaum Martín, ciclista, lo define durante el Tour, diciendo que hay minutos que parecen horas y horas que parecen minutos.

Esto es lo que se define como duración, que es la diferencia entre el tiempo consciente y el tiempo que indica el reloj.

Seguro que hay momentos en alguna carrera, en alguna prueba, donde estás tocado, y cada paso se te hace eterno, cada minuto es un Mundo, y piensas que aún te queda una eternidad, pero mientras estás pensando esto, los pasos van pasando, se van sucediendo, y el tiempo va pasando, por que eso es una realidad, de una forma u otra, eso que no existe, va pasando, o por lo menos nos da esa sensación, y de repente te pones de nuevo en el presente, y ves que ya está llegando al final de la prueba.

Bonito concepto el de duración, que hace que el tiempo sea realmente relativo.

A ver si tu siguiente maratón, o tu siguiente Ironman, a parte el tiempo de reloj, que la duración sea la que deseas…., habrá que empezar a medir en «se me ha hecho corto» o se me ha hecho eterno»

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