«Si miro hacia tras en el cuadro de mi vida, puedo ver desde la perspectiva del momento actual que todos y cada uno de los aspectos de ella han sido necesarios y perfectos. Cada paso conducía a un lugar más elevado , aún cuando estos pasos parecieron a menudo obstáculos o experiencias penosas. Todo en el universo tiene un propósito, incluidos los llamados accidentes. Debemos ponernos al unísono con el orden del Universo » Wayne Dyer.
Otro camino que hay, es no mirar hacia detrás, si no montarnos de vez en cuando en un globo, en el buen sentido de la palabra, claro, por que la perspectiva no tiene que ser mirar hacia detrás, si no también mirar de arriba hacia abajo.
Cómo podemos conseguir esto? Utilizando por unos momentos el comodín del botón «STOP».
Con esto conseguimos, no parar, pero si por lo menos frenar el ritmo de nuestra vida, mediante meditación, descanso, paz, amor…, llega un momento, en el que podemos parar el tiempo, y subirnos en un globo, ver el momento en el que estamos, valorar QUÉ nos está pasando y POR QUÉ? Nosotros tenemos todas las respuestas en nosotros mismos, otra cosa es que queramos verlas, o queramos en lugar de mirar desde el globo, volver a saltar a tocar con los pies en la Tierra, por que aunque por muy duro que parezca, muchas veces elegimos la continuidad, el NO cambio, el más vale lo malo conocido…, que el atreverse y querer ver qué es lo que está pasando, para saber reaccionar, y poder conectar con la vida, y con el orden, y no seguir enfrentándonos a él.
Hay otras perspectivas, no siempre tenemos que mirar hacia atrás en el tiempo, para arrepentirnos, o sentirnos orgullosos de lo que hemos hecho…, estamos a tiempo de cambiar sobre la marcha, y no tener que mirar por el espejo retrovisor, es pasar del conocimiento por el sufrimiento, a resilencia inmediata.
Vuelvo a sentir el gusanillo, ese que había desaparecido hace mucho tiempo, es algo más que motivación, ilusión,…, es deseo, es pasión, es ganas de ponerme un dorsal de nuevo, pero con el objetivo de sentir, no de luchar contra nada de contra nadie, simplemente quitarme miedos y fantasmas.
Tengo muchas dudas, no sé si voy a volver a estar preparado para enfrentarme a un monstruo así…, el Ironman es una distancia muy larga, es muy duro, son muchas horas, sobretodo muchas horas de sufrimiento.
No me importa el tiempo que marque la meta, no me importa ser el último, me importa cruzar la meta, levantar los brazos y abrazar a los que me esperen en meta.
Tendré que nadar…, lo justo, sin excesos, que para eso está la natación en seco 😉
Tendré que correr, más y mejor, aprovechando el entrenamiento para la maratón, sé que esto es un error, pero soy hombre de errores.
Y montaré en bici, también en seco, muchas horas de estática, y 5 tiradas largas.
Siguiendo buenos consejos, trabajo de gimnasio para compensar las deficiencias del volumen de entrenamiento, y meditación, mucha meditación que me lleve a otra dimensión.
Hola a todos, y perdón por el retraso, por que ya ni me acuerdo de cuándo fue la última vez que pasé por aquí. Vuelvo a prometer que voy a escribir más a menudo, aunque no puedo asegurar nada.
Pero si quería contar en esta ocasión, lo que ha significado esta maratón.
De todas las pruebas que he hecho, para mi la maratón, y no sé muy bien por qué es la más especial…, es la más bonita, y la que resulta más dura, si, la más dura, los que me conocéis además sabéis que lo digo muy a menudo y que me reafirmo en la decisión, más dura que un Ironman.
Y tenía muchas ganas de hacer una maratón de nuevo, 4 años sin hacer ninguna, y 4 intentos de estar apuntado, y no haber aparecido, pero circunstancias son circunstancias, y cuando mentalmente no estás preparado para una maratón, mejor que no te pongas en la línea de salida.
Este domingo tenía mis dudas. He hecho deporte, si, pero no he preparado una maratón. No he hecho entrenamientos de calidad, salvo algún día que me he despistado, ni he hecho tirada larga, y no voy a hablar de la fuerza que es mi asignatura pendiente.
Por lo tanto, llegaba mermado, pero con ganas…, con ganas de hacer una tirada larga de 42,195 km.
y por fin llegó, el día, la línea de salida, el silbato de comienzo de carrera, y correr, un paso, otro paso, un km, otro km, primero kilómetros disfrutando, a mi ritmo, sabiendo que iba por encima del ritmo que debería, pero encontrándome cómodo, luego menos cómodo y al final incómodo…, como lo esperaba, aunque el incómodo apareció algo menos de lo esperado.
Pero maratón hecha, 4 años después he hecho mi carrera favorita, en un tiempo que yo creo que puedo mejorar y que intentaré mejorar en Valencia, ya que 2:52 en Madrid, y sufriendo, es para centrarse e intentar sacar unos buenos tiempos en maratón, no sin antes hacer algunas paradas en carreras en bici, MTB, y halfs…, que me gusta la fiesta oiga, jejejejeje.
Muchas gracias a los ánimos de todos los que me habéis animado y de los que no, a mis peques que me animaron en los km 9, 19,37 y 42, junto con mis padres, y al resto, por estar ahí siempre, y al grupo #WhyIrunMadrid de adidas, que sois unos fenómenos.
Ahora a seguir, deseando poder volver a caminar, para empezar a correr, jejejeje
Llegó la segunda edición de la Wings For Life, una carrera que estoy seguro que con los años, y no muchos, se va a convertir en una de las grandes del calendario de todos los runners, ya que va a dar la posibilidad esta carrera de hacer cada uno la distancia que tenga considerado, y posiblemente, dentro de poco se acertará con el recorrido, y se podrá conseguir marca personal en aquella distancia que se seleccione, y posiblemente correrás más de lo que tenías pensado.
Mi objetivo de este año era hacer una distancia maratón, y quitarme la espinita del año pasado en el que por una pequeña lesión tuve que abandonar en el kilómetro 25.
La carrera empezó fuerte, demasiado fuerte, unos segundos por encima de mi ritmo previsto, que hizo que se rompieran todas las previsiones, además los primeros kilómetros de rampas y picando hacia arriba no ayudaron nada.
En poco tiempo nos quedamos un pequeño grupo de 4, con Eduardo de Clínicas Menorca, encabezándolo, y Rafa Ballesteros acompañando, Chema Martínez y yo detrás, yo intentando ahorrar toda la energía posible detrás de un tío al que le sacaba 13 kg de peso, de coña, jajajajaja.
Al poquito Rafa se quedó, pero por que el había salido a otra cosa, a completar su entrenamiento, y había hecho una excelente Maratón de Madrid el domingo, y se quedó encabezando el grupo Edu, que también hizo una excelente marca en Madrid la semana anterior, 2 horas 30 minutos, ahí es nada la pomada…
Íbamos por el kilómetro 20 y a mi me tenían algo más que reventado, y me venía a la cabeza todo lo que quedaba…, o no….
Se me acerca Chema y me dice, «regula, que no hay que hipotecar el final, este nos ha roto el ritmo…» efectivamente, la idea era salir a otro ritmo, e ir haciendo cambios de ritmo por horas de carrera, pero el ritmo de Edu a mi me machacó, a Chema no, le vino bien para sacar ventaja al coche, y para que el propio Edu se fuera desgastando, pero yo en el km 23 dije «hasta luego chicos…»
Si quería llegar a la maratón tenía que bajar el ritmo, íbamos a ritmo de hacer 2 horas 40 en Maratón, y no lo veía, así que le dejo que se alejen y marco mi ritmo. Veo que al poco Edu empieza a dejarse caer, normal, iba fuerte para lo que queda y para haber hecho una maratón la semana anterior.
A partir de ese kilómetro, otra carrera…, sólo, asfalto, camino de Toledo, y cada vez más calor. Me había tomado un gel en el 20, y llevaba otro, pero notaba que no me entraba nada, tenía sal por mi traje de superman desde el kilómetro 15, algo pasaba, estaba algo deshidratado, y el cuerpo me rechazaba la comida. A partir del kilómetro 30 mi estómago me dice que no isotónico, que sólo agua….
Se me está haciendo muy duro, terrible, y cargando con el bidón de agua, para rellenarlo de 5 en 5 kilómetros. Llego al kilómetro 40 que no siento las piernas, y empieza mi muro, mi pared, mi lucha…, una auténtica agonía.
Paso la maratón en 2 horas 50 minutos, sufriendo pero contento, no está siendo un buen día, y estoy tirando de cabeza, noto que sirven tantas jilipolleces que hago de entrenamientos en ayunas y días de ayuno, o hipocalóricos, por que me notaba vacío desde el kilómetro 30, pero he conseguido mantener un ritmo de poco más de 4:00 el minuto hasta la maratón.
Sigo hasta el 45 y me coge el coche de la organización, el que marca el tiempo con el speaker, me dice que le saco 2 kilómetros aporro al coche de Marc Coma, pero yo ya estoy pensando en que lo que quiero es que me atropelle.
Los últimos 4 kilómetros ya es otra película, trotando suave, intentando conservar algo de piernas, con Edu a 300 metros, pero imposible subir el ritmo para cogerle. En el kilometro 40 nos pasó un corredor que hizo una carrera más inteligente que la mía sin duda, saliendo de menos a más y siendo más conservador.
Y al final en el 49 terminó la wings for life de 2015, Edu en el 50, Gonzalo en el 52 y Chema en el 59.
Admiración total a TODOS los participantes, en especial a Chema, quien cada día en el que tengo la GRAN SUERTE de coincidir con él, aprendo algo, y veo que como persona es mejor que como deportista, así que os podéis hacer una pequeña idea.
Gran carrera, donde tuve la suerte de coincidir y conocer en persona a mucha gente, a la que admiro, por que aunque yo llevara la camiseta de Superman, somos todos un poco héroes, por hacer lo que hacemos, y por conseguir sacar tiempo para hacer deporte, que nos llena la vida.
Qué diferencia este año al año pasado…. Como ya os he comentado, el año pasado de competir cada fin de semana, a penas pude disfrutar de los entrenamientos, eran más recuperadores o precompetición, que entrenamientos de calidad, ya que el único entrenamiento de calidad que realizaba en la semana era la competición y poco más.
Este domingo, por ejemplo, tuve la posibilidad de salir a montar con una grieta muy maja, con la que subimos a Morcuera, esto el año pasado no lo hice ningún día, y el día que hice mi primera salida en condiciones en bici fue por el mes de mayo.
El año pasado, este fin de semana, hice la Media Universitaria, completando la carrera de 7 km en primera posición, la verdad es que mola y motiva, pero es un engaño, por que no entrenas, me quedo con la subida a Morcuera de este domingo, antes que con hacer un buen 7.000 😉
Así que disfrutando, y mucho, de los entrenamientos, notando cosas raras, cambios en mi cuerpo, mejoría, y dolores, mi cuerpo se está haciendo a esta nueva temporada, queda mucho por delante, 6 meses y medio para km 0, #roadtokm0
Qué pasada de día el vivido este domingo. Por eso he tardado dos días en escribir esta crónica.
Todo empezó a las 5:00 de la mañana cuando sonó el despertador para ir al ave. Tras dar un beso a Celia por el día de la madre, salí de casa para llegar con tiempo.
El viaje a Barcelona cómodo y la llegada justa para coger el dorsal. En la recogida todo espectacular bien tematizado todo por Red Bull, un entorno espectacular, y poco a poco empezó a llegar los atletas y deportistas de Red Bull.
Buscando un sitio para cambiarme me encontré con Chema Martínez, intercambiamos unas palabras y me dijo que a partir del km 50 era durísimo. Mi objetivo era llegar hasta allí y ver qué pasaba después.
Me despido de Chema y voy a cambiarme.
Ya casi es la hora de la salida, y llamo a Celia para mandar un beso a ella y a los peques, se me pone la carne de gallina cuando tengo que dar su número cuando me piden un número por si hay una emergencia.
Llega el momento de ir a la salida, y allí todo el mundo animando, qué buen ambiente, qué gran día, en la primera fila los embajadores de Red Bull y después el resto.
Antes de la salida me hago una foto con Cristina Mitre y con uno de Red Bull que la verdad no sé quién era, tengo que mirarlo.
Por allí estaban Carlos Sainz, Gisela Pulido, gente del mundo del skate, riders, de todo.
Dan la salida, todas las salidas del mundo a la vez y empezamos a correr. Paso a Josef Ajram y me hago una foto con él, y en seguida me pongo en primera línea, allí empieza mi sueño, me pego ni más ni menos que a Chema Martínez y Mario Mola.
El ritmo al principio es decente, también está en este grupo el hermano de Mario Mola, Lucas.
Antes del kilómetro 10 me pasa algo raro…., noto el muslo izquierdo, si, lo noto, significa que cuando doy algunos pasos lo noto un poco duro.
Prefiero mandar la cabeza a otro tema y no pensar en el dolor, y seguir disfrutando de la carrera con estos cracks.
En el kilómetro 10 el ritmo ya es por debajo de 3:40, pero voy bien, voy cómodo y estoy con ganas, motivado por la gente con la que estoy corriendo y por el motivo de la carrera, pero la pierna cada vez la noto más.
En el 15 me paro a beber agua en un avituallamiento y nada más dar el primer paso ya no es que note la pierna, ya es dolor, y se pone dura como una piedra. Mi grupo me saca 5″ pero no puedo cogerlos, me duele la pierna y no me deja forzar, hago estos 5 kilómetros bien físicamente a 3:40, pero con bastante dolor en el muslo.
En el km 20, ya totalmente sólo me paro de nuevo, a ver si hay reflez, o algo que me calme el dolor, no hay nada y cuando vuelvo a correr el dolor ya es insoportable.
Hago por llegar al km 25 sufriendo a dada zancada y trotando a 4:30. Aquí termina mi participación, qué lástima, me encontraba bien, con ganas, y supermotivado. No fue culpa de la lesión el ritmo al que fui con Chema y Mario, he hecho medias maratones más deprisa. Creo que fue el dolor de rodilla derecha de los últimos días, ha hecho que cargue el muslo izquiero, algo noté el viernes al montar en bici, pero no di importancia, pero al final, así fue la carrera, y estas son las circunstancias de carrera de las que siempre hablo.
En resumen, feliz, muy feliz por los momentos que compartí y que me tiré viendo la espalda de Chema y Mario, como si estos dos peso pluma quitaran algo de aire, feliz por la causa de la carrera y deseando que llegue la segunda edición, espinita clavada, y feliz por que me encontré tanto de cabeza como de cuerpo bien a pesar de la lesión.
La carrera terminó, y tuve que hacer tiempo viendo Barcelona hasta las 23 horas que salía el único medio disponible para volver a Madrid, el autobús, y así pasé la noche, durmiendo lo que podía en el autobús.
Gracias a todos por los ánimos, y este find volveré a dar guerra, seguro!!
Sin entrar en detalles de si es bueno o es malo el ayuno, eso lo dejo para los profesionales del tema, la verdad es que subjetivamente a mi me está viniendo muy bien.
Y no sólo por los resultados de las últimas carreras, imposible saber si sin hacer el ayuno habría pasado lo mismo.
Lo que si noto son las sensaciones en los entrenamientos y en los niveles de sufrimiento. Antes, cuando hacia series o cuando tenía carreras exigentes terminaba con ganas de vomitar y tenía mal estar durante unas horas, a veces durante un día. Desde que hago los ayunos esto no me ha vuelto a pasar.
También, a nivel muscular me encuentro mejor, sobretodo en la recuperación, noto que recupero mejor de las competiciones y de los entrenamientos exigentes.
Repito que esto no tiene ninguna base científica, son sólo mis sensaciones, pero lo que tengo claro es que de momento voy a seguir ayunando los martes 😉
El sábado fue el duatlón Villa de madrid en la Casa de Campo, y allí que fui a participar, en otra prueba más, otro fin de semana.
El día amanecía nublad, y aunque me habían dicho el día anterior que iba a llover, pensé que a lo mejor, con un poco de suerte, aguantaba la mañana encampotada, pero no llovía, pero de eso, nada de nada.
Quizá lo que cuente os parezca exagerado, pero fue así como me sentí durante la carrera.
salí en bici de casa, tardo 20´ aprox en bici desde casa hasta la casa de campo, y como estoy tan justo de kilómetros en bici, decidí hacer unos poquitos hasta allí.
Justo de kilómetros en bici es ser bastante generoso, ya que desde el Half de Guadalajara en septiembre, sólo he cogido la bici para los 13 kilómetros del duatlón de Rivas, así que imaginaos como tengo las piernas para la bici.
Bueno, llego a la casa de campo, y malas noticias, ya está lloviendo, y hace frío, y viento…, día para sufrir mucho.
Intento calentar antes de empezar la carrera, pero imposible, no entro en calor, y casi a las 10.00 de la mañana empezamos a correr.
La primera vuelta de 2,5 km corriendo se me hizo dura, intentando entrar en calor, pero conseguí terminarla en primera posición. En la segunda apreté un poco más, para sacar diferencia a los perseguidores, sabiendo que las transiciones y la bici no iba a ser lo mío, y así fue.
Llego a la primera transición sacando 40 segundos al segundo, pero pierdo mucho tiempo en ponerme el caso, quitarme los guantes, poner las zapatillas de la bici…, horrible como siempre mis transiciones.
Empieza la bici, hay que subir tres veces garabitas, y en la primera subida ya veo lo duro que se me va a hacer.
En la bajada me pasa el segundo, en el llano conseguí aguantándole, sufriendo mucho por que tenía la cara helada, las manso sin guantes no las sentía, y la rueda trasera del ciclista que tenía delante me echaba barro y agua a los ojos.
Sufriendo mucho le sigo hasta que en garabitas me deja, segunda subida sufriendo, la hago sólo, y la tercera vuelta también, cada vez el circuito más peligroso, con más frío, más lluvia…, y sin sentir la cara ni las manos, horrible de verdad.
Llega a la segunda transición, y me coge un grupo mientras me quito el caso sin desabrochar por que con las manos heladas soy incapaz de quitarme el casco. Y para quitarme las zapatillas de la bici y ponerme las de correr me tengo que tirar al suelo.
Empiezo a correr y me doy cuenta de que no veo nada, veo borroso, y si levanto la cabeza me mareo, es del barro que tengo en los ojos, corro lo más rápido que el sector en bici me permite, ya que me ha vaciado por completo, y aguanto, aguanto hasta que a falta de pocos metros para la meta me pasa el tercer participante, y me quita la segunda plaza.
Al final tercero, en un día sufrido, sobretodo en la bici, donde salió a relucir el lamentable estado en el que m encuentro en la bici, pero que aún así pude hacer decentemente, por lo que cada vez más motivado, y sumando aunque sea poco a poco y en estas condiciones kilómetros a la bici.
Por su puesto, después de esto, a casa lloviendo y en bici.
Un día duro, pero muy muy feliz de mi progresión, y contento, pero eso siempre, con podio o sin él, pero la verdad es que subir tiene algo que mola.
Ayer fue la carrera de las empresas. Era una carrera que tenía marcada en el calendario y que tenía muchas ganas por que conocía el recorrido, y era un circuito en el que sin duda podía mejorar mi marca, pero las cosas no siempre salen como uno quiere.
Dadas las fechas en las que estamos, el sábado tuvimos comida y cena fuera de casa. El domingo me desperté con algunos problemas intestinales, por decirlo de una forma bonita…, pero lo asocié más a nervios por la carrera, aunque no estaba muy nervioso, que por que me hubiera sentado algo mal el día anterior.
Llegue a la carrera y me encontraba bien, pude calentar un rato antes, aunque un problema con los chips del club corredores, hizo que 20 minutos antes de la carrera me olvidara de calentar y dedicarme a conseguir chip y dorsal nuevo.
Quería hacer un buen tiempo y un buen puesto para el equipo club corredores, que confío en mi para esta carrera.
Estuve 10 minutos en la línea de salida, sin calentar, y mis sensaciones eran buenas, pero cuando dieron la salida todo cambió. Esos días que te das cuenta desde los primeros metros que algo no va bien.
Me había propuesto salir tranquilo, y así hice, a ver si entraba en calor, iba por delante muchos participantes, pero me daba igual, mi preocupación era coger mi ritmo.
Cuando empezamos la subida hacia plaza Castilla, hubo unos momentos en que parecía que mejoraba mi estado, pera antes de llegar a Bernabéu empecé con dolores fuertes de tripa. Vi a mis padres que se habían acercado a verme, les saludé, pero iba fatal, iba sufriendo, intentaba mantener un 3:25 de ritmo de carrera en el que estaba pasando corredores, pero la tripa cada vez me dolía más, y pasado cuzco me tengo que parar, ganas de vomitar y como si me hubieran dado un puñetazo en la tripa. Paro unos segundos, me recupero, vuelvo a correr, pero en plaza Castilla lo mimos, vuelvo a parar, parar unos segundos parece que me recupera, pero ahora pienso en no seguir, estoy fastidiado, y no puedo hacer así la carrera, pero somos tres en el equipo y tengo que llegar.
Me tomo la bajada con calma, sufriendo, estoy vacío, sin fuerzas, con dolor de tripa, mal cuerpo, pero sigo en la carrera, vuelvo a ver a mis padres, y paso por el kilómetro 6 con ganas de quedarme, pero sigo, como puedo.
Cuando llego a Colón me encuentro peor, pero pienso que sólo quedan 2 kilómetros de subida, no sé cómo aguantar, pienso en que son sólo dos kilómetros, miro al suelo, no quiero ver lo que me queda, voy sufriendo, y cuando paso por el kilómetro 9, me tengo que parar de nuevo. Es horrible esa sensación de no poder ni andar cuando te duele la tripa, dejo pasar uno segundos y vuelvo a correr, pasa el kilómetro, se me hace eterno, y entro en meta haciendo 35:40.
Sigo en los 35, hoy no cuenta mucho el tiempo, cuenta lo que he sufrido, lo mal que lo he pasado, y aún así he hecho 35 altos, pero no vale para nada, no he podido probarme, y sólo quedan 15 días para la San Silvestre.
Cuando terminé la carrera llamé a Celia, había estado vomitando, y el peque está tiradillo también, así que no sentó algo mal el sábado, o el peque nos ha pasado un virus, me tranquiliza saber que es eso, y que no ha sido un problema mío.
Quedan 15 días, cuenta atrás, a ver si el fin de semana encuentro alguna carrera para probarme una semana antes de la San Silvestre.