Vuelvo a sentir el gusanillo, ese que había desaparecido hace mucho tiempo, es algo más que motivación, ilusión,…, es deseo, es pasión, es ganas de ponerme un dorsal de nuevo, pero con el objetivo de sentir, no de luchar contra nada de contra nadie, simplemente quitarme miedos y fantasmas.
Tengo muchas dudas, no sé si voy a volver a estar preparado para enfrentarme a un monstruo así…, el Ironman es una distancia muy larga, es muy duro, son muchas horas, sobretodo muchas horas de sufrimiento.
No me importa el tiempo que marque la meta, no me importa ser el último, me importa cruzar la meta, levantar los brazos y abrazar a los que me esperen en meta.
Tendré que nadar…, lo justo, sin excesos, que para eso está la natación en seco 😉
Tendré que correr, más y mejor, aprovechando el entrenamiento para la maratón, sé que esto es un error, pero soy hombre de errores.
Y montaré en bici, también en seco, muchas horas de estática, y 5 tiradas largas.
Siguiendo buenos consejos, trabajo de gimnasio para compensar las deficiencias del volumen de entrenamiento, y meditación, mucha meditación que me lleve a otra dimensión.
Y que pase lo que tenga que pasar…
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