A lo mejor os suena esta historia…
Parece que todo va según lo previstos, los entrenamientos se cumplen, el objetivo está cerca, y todo bajo control, hasta que de repente, sin saber muy bien por qué, aparece un dolor, no un dolor cualquiera, un dolor en la rodilla, ni por delante, ni por detrás, está bien localizado en la parte de fuera de la rodilla, lo que llaman los que saben el cóndilo femoral externo, pues debe ser eso, si ellos lo dicen, pero a mi me duele ahí.
Es un dolor intenso, de esos que te obligan a parar, que a veces te deja correr durante unos minutos, pero aparece, y vuelve a a aparecer, y a veces hasta andando, ya no tengo por que correr por que me duele al andar, incluso en reposo a veces cuando estoy sentado o me levanto.
Qué frustración, qué cabreo, qué rabia…!! Qué puedo hacer ahora….?!
Esta historia posiblemente la habéis oído o quizá os ha pasado a muchos de vosotros, a veces al empezar la temporada o bien cuando la carga de kilómetros es bastante alta.
La cintilla ilitiobial es parte del tensor de la fascia lata, que recorre toda la parte externa del muslo, muchos quizás si os tocáis ahora mismo en esa zona, podéis localizar algún punto de dolor, lo que puede significar que esa zona no está trabajando correctamente y por tanto hay posibilidades de que se cargue la cintilla iliotibial.
Las alteraciones biomecánicas, suele ser una de las principales causas, por lo que debemos corregir estas alteraciones para que el gesto repetitivo que daña esta estructura deje de causar este efecto. Podemos recurrir a las plantillas, como siempre, que parece que las plantillas es la solución para todos los males del corredor. Lo bueno es que al hacer las plantillas se podrá hacer un estudio biomecánico o bien estático, o bien dinámico de la marcha, por lo que se podrá valorar las alteraciones que hay.
También se puede estirar, el tensor de la fascia lata es difícil de estirar, yo recomiendo, cuando aparece este dolor, sustituir durante un corto periodo las sesiones de running, por sesiones de estiramientos completas de ambas piernas y de todos los músculos y grupos musculares, para intentar corregir cualquier alteración que indirectamente pueda estar provocando esta molestia.
También, cuando aparece esta lesión, es importante plantearnos el dedicar más tiempo a la técnica de carrera, ya que en algo estamos fallando, y nos aparece este dolor.
Estirar y trabajar la técnica de carrera son cosas que todos sabemos que son importantes, pero que las obviamos, o las guardaos en el cajón desastre sabiendo que un día de estos lo abriré y lo sacaré, pero nunca llega ese día.
Y por que no hablar de la fuerza, otro gran olvidado. Cuando aparece esta lesión, se puede trabajar siempre que no aparezca dolor la fuerza, y así aprovechar el periodo de reposo de running y sacar «provecho» al tiempo de descanso.
Para quitar el dolor las medidas normales de hielo, cremas y analgésicos pautados por el facultativo, y os podéis masajear las zonas del muslo en las que encontréis dolor. También puedes visitar a tu fisioterapeuta de confianza 😉
Importante durante este periodo no hacer mal intentos de correr, ya que si aparece el dolor, al final vamos a correr mal, despacio, y aumentando la carga en esta zona, por lo que no vamos a ayudar a su recuperación. Se puede cambiar por ejercicios alternativos como bicicleta, elíptica o natación, siempre que no despierte dolor.
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