Ayer tuve una sorpresa, de esas que te lleas de vez en cuando. Pude sacar algo de tiempo por la tarde para ir a nadar, no me apetecía mucho, como siempre, el agua es lo que menos me gusta del triatlón, y había sido un día duro de trabajo, pero hice de tripas corazón y me fui a nadar, no tenía mucho tiempo, 30´ y quería aprovecharlos, así que fui al Virgin Active Capitán Haya, a eso de las 17:30 y me puse a nadar.

Sin saber cómo, empecé a notarme con fuerza, y lo que había oido muchas veces de «arrastrar agua» empecé a notarlo en mis propias carnes, realmente pude sabr a qué se refería esa expresión, nadaba, y notaba como cogía agua y me arrastraba, como avanzaba. 

Al verme cómodo decidí meter un poco más de fuerza…, per qué está pasando, me responden los brazo,s puedo hacer más fuerza en cada brazada, y noto que nado más rápido. 

Empecé a sentrime a gusto y contento en el agua, llevo un año nadando, con poca continuuidad y de forma anárquica, la verdad por que no me gusta, o mejor dicho, por que no me gustaba, empiezo a encontrar el encanto y el gusto en la natación, y más ahora que ve que puedo machacarme en el agua.

En el Half de Málaga, como conté en la crónica, fue el primer día que disfruté del agua, nadando a un ritmo normal, y ahora no empiezo a descartar poder nadar con intensidad en un triatlón. Recuerdo mi primer triatlón, se dió la salida, y esperé a que todo el mundo se tirara al agua para yo tirarme después y empezar a nadar sólo, a mi ritmo, despacio y alejado de contacto, ahora sé que eso a cambiado, y que en el próximo triatlón iré con fuerza.

Esta mañana salí a correr, 50´de carrera continua, trotando un poco, sin cargar mucho las piernas que el domingo hago una media maratónd de montaña, y dan nieve, lo que ha cambiado el tiempo otra vez, la semana pasada con tirantes y calor en la casa de campo y este domingo con corta vientos y nieve en Becerril.

Buen día a todos.