Siempre que trato a alguien en consulta con alguna lesión o algún dolor, les doy una pequeña o gran charla, y siempre comento, que los dolores o las lesiones, son la suma de muchas circunstancias o no suelen ser el resultado de un sólo acto, aunque en muchas ocasiones lo parezca. Sensaciones, emociones y experiencias se transforman en estas molestias.
Dicho esto, decir que los isquiotibiales es la musculatura posterior de la pierna, y que va del isquion de la pelvis, hasta la rodilla, tibia y peroné.
Esta musculatura está constantemente trabajando en nuestra estática cuando estamos de pie, nos ayudan a mantenernos de pie y que no nos caigamos y por su puesto es una parte activa de la marcha, cuando andamos y lanzamos el paso, los isquiotibiales son los que «nos acortan el paso» y hacen que avancemos.
En muchas ocasiones, las molestias en esta parte, aparecen en personas que trabajan durante muchas horas sentados, posición en la que están acortados, y van a perder poco a poco elasticidad, y favorecerá el riesgo de lesión, tanto en esta parte, en el isquiotibial, como en la zona lumbar, ya que el isquiotibial acortado, al insertarse en el isquion de la pelvis, va a tirar de la pelvis, provocando tensión en la zona lumbar. Por eso son importantes los descansos en el trabajo, y no estar tantas horas sentados, hay que levantarse como mucho cada dos horas, para dar un paseo y estirar estos músculos, y estirar no es ponerse a hacer una tabla de estiramientos en casa, simplemente pasear un poco.
Al ser una musculatura que tiende al acortamiento, la lesión suele aparecer al hacer una zancada larga, o un gran esfuerzo con la pierna, como subiendo en trails o haciendo cuestas.
La molestia es ese pinchazo en la parte posterior del muslo, que hace que nos echemos la mano constantemente.
Suelen ser dolores limitantes, para la práctica deportiva, y lo primero que hay que hacer es confirmar que no hay rotura. Nos puede ayudar que alguien nos mire la parte posterior del muslo, y de la rodilla, y que no haya hematoma, eso nos puede indicar que es una sobrecarga o una contractura.
En estos casos, lo mejor es aplicar calor, o bien con agua caliente de la ducha, no abrasiva, simplemente por encima de 37º o meter en el microondas unas bolsas de semillas. Aplicar el calor 15 minutos, no más, y después hacer unos estiramientos suaves, como siempre acompañados de estiramientos de músculos del resto de la pierna, no sólo los isquiotibiales, ya que muchas veces, aparecen estos dolores por descompensaciones y podemos aprovechar para estirar bien toda la pierna.
También podemos automasajearnos la zona, con cuidado, pero se agradecerá.
La actividad que puedas hacer o no, va a depender de la clínica del dolor que tengas. Si es moderado, puedes seguir corriendo suave, sabiendo que estás al límite, y por tanto, deben ser carreras suaves, llanas, por terreno cómodo, y zancada normal, parando a estirar las veces que sean necesarias. Si el dolor es más intenso, hacer ejercicios sin impacto, bici o elíptica, o natación con pullboy entre las piernas.
Las molestias musculares son el mejor motivo para acudir al fisioterapeuta, cada vez tienen más herramientas para tratarlas, y todas son válidas, lo que si hay que averiguar el origen de la sobrecarga, que pueden ser malos hábitos posturales, alteraciones biomecánicas, o quizá que hay algo en tu vida que no te deja avanzar, ahí lo dejo, el resto lo tienes que pensar tú 😉
Salud amigos.
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